Al pensar en batallas icónicas en la historia de nuestro país unas de las primeras en la Batalla de Puebla, sin sospechar de la participación de un nutrido grupo de toluqueños: los lanceros de Toluca.
Felipe Berriozábal, oriundo de Zacatecas e ingeniero, tuvo su primer acercamiento con la guerra durante la intervención estadounidense.
Su profesión lo trajo a Toluca por los trabajos de canalización del rio Lerma. Participó en la revolución de Ayutla y la Guerra de Reforma.
Ocupó la catedra del matemáticas en el Instituto a la edad de 18 años y fueron varios de sus compañeros del Instituto Literario los que serían también compañeros de armas, el núcleo de esta brigada fueron cerca de 400 alumnos y profesores.
Con la legada de las tropas francesas al territorio nacional se movilizaron a los diferentes batallones y se armaron varios más con levas.
Entre estos se encontraron la Brigada Berriozábal, que englobaba a los batallones 1º y 3º de Ligeros y el de Lanceros de Toluca.
No obstante hubo toluqueños agrupados en otros cuerpos como el Batallón Mixto de Querétaro.
En sus partes de guerra Berriozábal da cuenta del enfrentamiento de los ligeros, batallones de infantería, contra los zuavos, la temida infantería de elite del ejercito francés.
Cabe destacar que este batallón de Ligeros se formó después de la Guerra de Reforma para mantener limpios los caminos de asaltantes, con la llamada a las armas cambió su nombre original que era Batallón Nacional de Libres.
Por su parte el batallón de lanceros de Toluca nació como una respuesta de la ciudad y principalmente de la comunidad del instituto.