El General José Vicente Villada ordenó la construcción de un monumento que hasta la fecha la escultura está intacta pero el monumento a sufrido de modificaciones.
El monumento de Miguel Hidalgo fue erigido por decreto número 27 con fecha del 12 de octubre de 1897 la Legislatura aprobó la solicitud del general Villada para construir esta escultura.
TE VA INTERESAR: Tips básicos para tu visita al Nevado de Toluca
La escultura fue realizada en el país del viejo continente, específicamente en Florencia, Italia por el artista y maestro Rivalta.
Un dato curioso es que Rivalta no conocía indumentaria que en esa época se usaba en México, por lo que vemos al Cura Hidalgo vestido con un abrigo impermeable y botas de tipo italiano.
La escultura fue colocada sobre una base de mármol de Carrara, Italia con cuatro arbotantes y lámparas; bajo el Padre de la Patria, estaba un águila con las alas abiertas, la cantera fue trabajada por Lorenzo Vázquez, orgullosamente toluqueño.
Durante el gobierno del licenciado Juan Fernández Albarrán se hizo una remodelación en la ciudad. El monumento como tal, fue desarmado.
La escultura de Hidalgo regresó a la Plaza de los Mártires y el mármol, las lámparas y los arbotantes, desaparecieron desde entonces y se convirtió a lo que es hoy en día.
En ella podemos ver al fondo la antigua casona de los Barbabosa, ricos hacendados del Valle de Toluca La Bella Cd que fue destruido para construir el Palacio Legislativo del Estado de México.
En segundo plano podemos ver el monumento a nuestro padre Miguel Hidalgo en su antiguo y fino pedestal de mármol de Carrara; Italia hoy sustituido por mandato de algún político por común y sosa cantera.
En primer plano vemos dos mujeres, cobijadas por sus rebozos de los llamados “corrientes”, hechos de hilos gruesos, con fondo negro y listas delgadas de color, seguramente de los que se tejían en Capultitlán.
Fuentes consultadas
Toluca Monumental de Alfonso Sánchez García, Toluquerencias de Gerardo Novo Valencia, La ciudad de Toluca, Capital del Estado de México de Javier Romero Quiroz y Revista La Colmena artículo de Norberto López Ponce.
