La Federación Mexicana de Fútbol ya había realizado simulacros para erradicar el famoso grito homofóbico al despejar el portero rival, pero parece ser que no se entendió el mensaje y se cumplió el castigo.
En el partido de la Selección Mexicana contra Panamá, se advirtió que quienes gritaran serían expulsados del estadio, y aunque FIFA no cumplió con el protocolo, personal del estadio se vio obligado a sacar a cerca de 30 personas.
El personal de comunicación de la Selección Mexicana mencionó que ya se había tenido pláticas con la seguridad del estadio para que estuvieran atentos a la situación.
Explicaron que ya se les había advertido, pero los aficionados insistieron y tuvieron que ser retirados del Coloso de Santa Úrsula.
Parece ser que si la situación se repite en los próximos partidos de la selección, se implementará la misma medida.