La vida de este joven fisicoculturista ruso de nombre Kirill Tereshin ha sido muy complicada desde que decidió aumentar el tamaño de sus bíceps, ahora en el mundo del internet es conocido como el «Popeye Humano».
Pero eso que parecería ser un logro para él empezó a convertirse en un problema de salud, ya que ha tenido una seria inflamación en los brazos debido a la sustancia que se inyectó.
¿Qué se implantó?
El joven originario de Rusia de 24 años se implantó en sus bíceps una sustancia llamada «Shyntol» que sirve para incrementar el volumen de los músculos.
Sus brazos eran tan grandes que fue denominado como el «Popeye Humano» sus bíceps llegaron a medir 60 cm de diámetro algo impresionante para todos.
Nunca pensó que esta sustancia le traería problemas para su salud, la sustancia que se inyectó lleva por nombre «Shyntol» y esta está constituida por:
- 85% de aceite
- 7.5% de alcohol
- 7.5% de lidocaina
El joven se inyectó aproximadamente 3 litros de esa sustancia en cada brazo lo que provoco que crecieran de una manera increíble.

La pandemia del COVID-19 vino a detener sus planes para que la sustancia fuera extraída de su cuerpo, sin embargo con el paso del tiempo logro tener su primera cirugía en el brazo derecho para retirarle la sustancia.
“Solo tengo 24 años y mi sistema inmunológico está lidiando con esta inflamación, pero realmente no sé qué pasará después. Por eso comencé las cirugías para deshacerme de esta pesadilla. Aumenté los brazos cuando tenía 20 años debido a mi propia estupidez. No pensé en las consecuencias” comento el joven ruso.
¿Qué dicen los médicos?
Dmitry Melnikov médico cirujano encargado de la cirugía argumento que la vida del joven fisicoculturista está en peligro debido a la inmensa inflamación de sus extremidades.
«El compuesto satura los músculos, debajo de los tejidos de la piel y la piel misma. Todo eso tiene que ser eliminado, pero necesitamos mantener la vena, los nervios y otras funciones de la extremidad” dijo el médico cirujano.
Al inyectar la sustancia en alguna extremidad trae como consecuencia la muerte del tejido, además de ser reemplazado por una cicatriz que es demasiado rígida.
Redacción EG


