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“Los límites van a estar en mi cabeza”, Irving un mexicano que venció a la muerte lejos de casa

Pedro Carmona
Pedro Carmona
“Los límites van a estar en mi cabeza”, Irving un mexicano que venció a la muerte lejos de casa

Foto TW | @El_Universal_Mx

Irving Juanico Vázquez, estudiante universitario de 25 años, regresó a su país tras seis meses de permanecer hospitalizado en Francia.

Estudiante de la maestría en Energías Renovables en la universidad Autónoma de México (UNAM) comenzó en la navidad de 2019, cuando llevaba tres meses en Europa.

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Al hablar con sus papás por teléfono, les contó que se sentía mal, y sería la última vez que se comunicarían en meses: horas después de la llamada, su condición se agravó y tuvo que hospitalizarse.

Se encontraba en choque séptico y presentaba deficiencia en los riñones y en la coagulación de la sangre, por lo que tuvieron que sedarlo y conectarlo a un respirador. El pronóstico vital era delicado.

Los médicos del Hospital Européen, en Marsella, descubrieron que la infección generalizada se derivó de la bacteria meningococo, está llegó al torrente sanguíneo y se convirtió en púrpura fulminante, enfermedad que se desarrolla a gran variedad y puede ser mortal.

Se le sumó una meningitis en el cerebro y en la columna vertebral. En cuestión de días el joven comenzó a presentar necrosis en los pies, además de daño orgánico.

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Mientras Irving  luchaba por su vida, sus padres y sus hermanos, organizaban rifas, vendiendo Rosca de Reyes y consiguiendo recursos para sufragar parte del tratamiento y viajar a acompañarlo.

 “Mi hijo estuvo muy grave, a punto de la muerte. Gracias a Dios ya lo tenemos aquí. Yo le prometí a mi familia que regresaría a él y aquí estamos”, así dijo Virginia Vázquez, mamá de Irving.

Al paso de las semanas, meses, e Irving salió del peligro mortal, pero no se recuperaba del todo, la necrosis no cedía. Sus padres y hermanos hacían turnos para acompañarlos, apoyados por los integrantes de la comunidad mexicana en Marsella, que los hospedaban y les donaban despensa.

Las cicatrices más profundas y difíciles de sanar, puesto que aún presenta sangrado en el muñón y la planta del pie, son las que al final de cuentas le salvaron la vida.

El 25 de marzo en medio de la contingencia y el aislamiento obligatorio por el Covid, los médicos franceses le tuvieron que amputar la pierna izquierda y cuatro dedos del pie derecho para evitar que siguiera extendiendo la necrosis o muerte del tejido.

Sus parientes agradecieron el apoyo de las personas que permanente brindaron ayuda y estuvieron al pendiente de Irving.

El cónsul honorario de México en Marsella, Yvan Emmanuel Romero Foucaud, quien se comunicaba con frecuencia con la familia y visitó al joven en diversas ocasiones para constatar su estado de salud y apoyar en lo que fuera necesario.

Irving y su mamá llegaron al Aeropuerto Internacional Benito Juárez la madrugada del lunes, cansados tras 12 horas de vuelo entre Marsella, París y la Ciudad de México.

Su regreso a México representa el comienzo de una nueva etapa en la que su prioridad es regresar a la escuela, cursar lo que le falta de la maestría y terminar su tesis.

 “Uno se da cuenta de lo que es perder, no tienes empatía, pero cuando te pasa sientes algo. Perdí una pierna, pero ya depende de mí: los límites van a estar en mi cabeza. Voy a estar donde yo quiera estar”, señaló Irving.

Con información de  “El Universal”.

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