A seis meses de que dé inicio la segunda década del tercer milenio, la capital del estado de México, Toluca, se perfila como la ciudad más contaminada de la república mexicana, incluso por encima de la Ciudad de México que es a la que constantemente se alude en el panorama nacional e internacional por su condición de Megalópolis. Sin embargo, en la realidad cotidiana, la localidad mexiquense que alberga a más de 900 mil habitantes, según la última cifra del Consejo Estatal de Población (Coespo), reporta estadísticas y evidencias que la sitúan y proyectan con peores daños a la salud de su población.
En el estado de México, el 60% de las enfermedades que padece la población corresponden a enfermedades respiratorias, el 40 por ciento a otras enfermedades. Dentro de los padecimientos que más se relacionan con la contaminación del aire resaltan las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), el Asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Existen 3 principales contaminantes que se analizan como los más perjudiciales a la salud: PM 2.5, PM 10 y O3.
La contaminación por partículas suspendidas (PM) causa severos daños a la salud destacando las que afectan al Aparato Respiratorio y Sistema Cardiovascular . Las partículas de menor diámetro como las PM2. 5 y menores son de mayor riesgo a la salud debido a su capacidad de penetrar a regiones profundas de los pulmones y el sistema circulatorio. La exposición a largo plazo a partículas finas se asocia a una marcada reducción en la esperanza derivada, principalmente por el incremento de mortalidad cardiopulmonar y cáncer de pulmón.
Un estudio del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) establece que las partículas PM 2.5, las que registran los niveles más altos de contaminación en el valle de Toluca, producen un daño mayor en la salud humana que otros contaminantes, debido a que su composición “puede ser más tóxica y se caracteriza principalmente por la presencia de sulfatos, nitratos, ácidos, metales y carbono negro”.
“Una vez que las partículas PM2.5 se emiten a la atmósfera, son transformadas o transportadas por procesos atmosféricos y finalmente depositadas, y provocan la degradación de bosques, lagos y suelos, daños a la vida silvestre y humana, así como la corrosión de los materiales de los edificios o construcciones. Durante su permanencia en la atmósfera, las partículas provocan diversos impactos al ambiente; uno de ellos es la disminución de la visibilidad, y otro, su efecto en el cambio climático”.
La ruptura del balance químico y energético de la atmósfera debido a la mala calidad del aire tiene las siguientes consecuencias posibles: Problemas respiratorios, lluvias ácidas, deterioro del agua, daño a la capa de ozono y el efecto invernadero. El aire contaminado puede deteriorar la salud de personas, animales e incluso las plantas, así mismo, el agua también sufre la contaminación del aire ya que ésta al evaporarse y precipitarse entra en contacto con los contaminantes atmosféricos.
La contaminación y mala calidad del aire en el Valle de Toluca se produce principalmente por la quema de pastizales así como la quema controlada de zonas de cultivo para el siguiente ciclo agrícola.
En la ciudad de Toluca en particular podemos identificar ciertas costumbres perjudiciales a la calidad del aire, desde desechar colillas de cigarros, chicles y toda clase de basura en la vía pública, como hábitos de quema de basura y de materiales como madera, cartón, carbón, etc.
Asimismo, el crecimiento de la población en zonas urbanas trajo consigo la concentración de las actividades económicas y productivas en zonas relativamente pequeñas, lo que agudizó los problemas de la mala calidad del aire. No obstante, las características climáticas y geográficas también influyen en las condiciones del aire a las que están expuestas las poblaciones.
Para el caso de Toluca, 53% de la contaminación ambiental proviene del transporte público, y 34% de establecimientos como baños públicos, panaderías, tintorerías, restaurantes y hoteles principalmente.