Todos nos hemos escapado alguna vez, quizá algún fin de semana, a la Marquesa. Disfrutar un día al aire libre con la familia o amigos, ir a pescar truchas, dar una vuelta en las clásicas cuatrimotos o en caballo y hacer algunas actividades al aire libre siempre nos permiten desenajenarnos de nuestra rutina citadina y pasar un buen rato en contacto con el mundo.
Sin embargo, ¿a quién no se le antoja salir de esa rutina y poder conocer un lugar apacible, lleno de historia, espíritu y que ha logrado conjuntar tradición y naturaleza? Bien, pues la próxima vez que traces planes para salir de tu ciudad, tu destino puede ser el apacible y encantador municipio de Ocoyoacac.
En la nariz del Ocotal
Este municipio está situado a 20 kilómetros de Toluca y al este de la Ciudad de México; cerca de los municipios de Lerma y San Mateo Atenco; fue cuna de tribus otomíes, mazahuas y matlazincas que se asentaron en las cercanías del Monte de las Cruces. Su nombre proviene del náhuatl y significa “En la nariz del Ocotal” o “Donde principian los ocotes o pinos”.
Lugar que armoniza los contrastes entre un pueblo tradicional y los colores de la naturaleza, visitar el parque “Sagitario” o subir al Calvario representan una delicia para todo aquel vagabundo que disfruta de una caminata donde los propios pies dirijan el camino. Calles empedradas, hermosas fachadas y barrios coloridos completan el goce de un pueblo tranquilo y discreto.
No podemos olvidar el histórico Monte de las Cruces, lugar clave de la historia mexicana pues es aquí donde el tesón y la sangre guerrera del ejército insurgente –comandado por el cura Miguel Hidalgo– demostró su valía y su pasión por el ideal independentista.
Lo que no podemos olvidar… La comida
Orgullo y sazón del municipio, los tradicionales tamales de ollita o “chuculucos” es el platillo que no puedes dejar de probar: delicioso tamal hueco relleno de salsa y carne de cerdo, se acompaña con un jarro de atole de masa de maíz o pinole. Tampoco puedes decir que visitaste Ocoyoacac si no pruebas su inigualable barbacoa.
Vivir las tradiciones en las fiestas patronales
Varias son las celebraciones que se llevan a cabo y de las cuales podemos disfrutar. Por mencionar algunas tenemos: la celebración en enero del año nuevo en Acazulco; la feria del tamal de ollita y el carnaval de la cabecera municipal en febrero, las celebraciones de San Pedro y San Pablo en junio, la feria del mole en julio o la fiesta patronal del municipio en noviembre. Ferias donde destaca la alegría acompañada con música de viento, danzas tradicionales como la de los arrieros, mascaradas y carros alegóricos que rezuman jovialidad y vida.
En fin, ya sea para descansar del ajetreo y llenar los pulmones con aire fresco o para exaltar las tradiciones durante las fiestas patronales, Ocoyoacac es un gran destino de llegada y obviamente… de disfrute.